PhD. Filosofía y Educación
Conceptualización
Líneas de Investigación de las
Humanidades en CID
(2005-2008)
Concebir e instrumentar unas líneas como desarrollo de investigación de las humanidades en la Fundación, implica considerar, en tanto premisa fundamental, las características primordiales y políticas del Centro de Investigación en su contexto, tanto interno como externo. Ciertamente, las funciones básicas del Área Andina son: la investigación, la docencia y la extensión. Esto nos ha llevado en los dos últimos años a desplegar una propuesta innovadora de cara a los retos de una contemporaneidad compleja por la novedad de su perfil.
El propósito de la actividad científica es generar conocimiento: explicar algo, diagnosticar una situación, describir un evento, etc., mientras el propósito de la actividad tecnológica es resolver problemas prácticos y concretos. Buscar aplicaciones prácticas al conocimiento científico y crear medios más eficaces y poderosos para la acción del hombre.
La Fundación asume la investigación como un proceso social, un proceso permanente de producción, desarrollo y validación del conocimiento, en donde la academia es el eje de la validación. La actividad investigativa está articulada con el desarrollo de la ciencia y la tecnología. El objetivo de la ciencia es el progreso del conocimiento, mientras que el de la tecnología es la transformación de determinada realidad.
Si comprendemos la investigación como dialogo inteligente con la realidad, éste no se mueve solamente por la curiosidad, sino sobre todo por intereses sociales. La investigación es un eje fundamental de las actividades académicas en la Universidad, una política de ciencia y de tecnología tiene como mediación un aliado principal en el proceso de formación de las personas, los espacios de conformación del mundo, y de la “vida” (Lebenswet).
La política de la ciencia es una política cultural, porque la ciencia es parte de la cultura y de la vida. La formación humanística es el eje disciplinar, que se ocupa del hacer humano desde los diversos tópicos y campos disciplinarios. En el lenguaje cultural y académico contemporáneo, se conoce con el nombre de humanidades el conjunto de disciplinas literarias, históricas, filosóficas y lingüísticas que tradicionalmente han constituido uno de los pilares básicos de la formación intelectual de grado medio y superior. Cualquier dedicación de grado académico superior, necesita apoyarse en unas bases filosóficas, lógicas y epistémicas para la observación y el análisis, para poder expresarse con coherencia lógica, argumentativa, y gramatical para así poder persuadir con eficacia- o sea dominar la lengua- y situar mentalmente la propia tarea científica o profesional en el espacio temporal que se ejecuta, en la historia.
En la historia general, las humanidades han cumplido una doble función: como disciplinas del contexto o los saberes, o ciencias de la cultura; en la primera, enseñan cuál es su medio y lo sitúan en él-, y la segunda le explican que hace ella ahí, y porqué y para qué están donde están.
El propósito de la actividad científica es generar conocimiento: explicar algo, diagnosticar una situación, describir un evento, etc., mientras el propósito de la actividad tecnológica es resolver problemas prácticos y concretos. Buscar aplicaciones prácticas al conocimiento científico y crear medios más eficaces y poderosos para la acción del hombre.
La Fundación asume la investigación como un proceso social, un proceso permanente de producción, desarrollo y validación del conocimiento, en donde la academia es el eje de la validación. La actividad investigativa está articulada con el desarrollo de la ciencia y la tecnología. El objetivo de la ciencia es el progreso del conocimiento, mientras que el de la tecnología es la transformación de determinada realidad.
Si comprendemos la investigación como dialogo inteligente con la realidad, éste no se mueve solamente por la curiosidad, sino sobre todo por intereses sociales. La investigación es un eje fundamental de las actividades académicas en la Universidad, una política de ciencia y de tecnología tiene como mediación un aliado principal en el proceso de formación de las personas, los espacios de conformación del mundo, y de la “vida” (Lebenswet).
La política de la ciencia es una política cultural, porque la ciencia es parte de la cultura y de la vida. La formación humanística es el eje disciplinar, que se ocupa del hacer humano desde los diversos tópicos y campos disciplinarios. En el lenguaje cultural y académico contemporáneo, se conoce con el nombre de humanidades el conjunto de disciplinas literarias, históricas, filosóficas y lingüísticas que tradicionalmente han constituido uno de los pilares básicos de la formación intelectual de grado medio y superior. Cualquier dedicación de grado académico superior, necesita apoyarse en unas bases filosóficas, lógicas y epistémicas para la observación y el análisis, para poder expresarse con coherencia lógica, argumentativa, y gramatical para así poder persuadir con eficacia- o sea dominar la lengua- y situar mentalmente la propia tarea científica o profesional en el espacio temporal que se ejecuta, en la historia.
En la historia general, las humanidades han cumplido una doble función: como disciplinas del contexto o los saberes, o ciencias de la cultura; en la primera, enseñan cuál es su medio y lo sitúan en él-, y la segunda le explican que hace ella ahí, y porqué y para qué están donde están.
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